¿Qué es la influenza canina?
La influenza canina, o gripe canina, es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa que afecta a perros de todas las edades y razas. De hecho, se estima que el 80 por ciento de los perros sanos que entran en contacto con un perro infectado contraerán influenza canina. Los cachorros, los perros mayores y los perros con sistemas inmunitarios debilitados son más susceptibles a las infecciones.
Nota: Hay dos cepas conocidas del virus: H3N2 y H3N8. Si bien ambos son altamente contagiosos, el H3N2 también puede infectar a gatos y otras mascotas.
¿Cómo se propaga la gripe canina?
Al igual que la gripe humana, la gripe canina se propaga rápidamente en áreas confinadas, como refugios para perros e internados. Y dado que la enfermedad se transmite por el aire, puede propagarse en cualquier lugar donde haya un perro infectado, incluidos lugares como parques para perros, tiendas de mascotas y guarderías para perros. El virus de la gripe canina también puede vivir en superficies y objetos, incluidas sus propias manos. Los tazones de comida y agua, los juguetes e incluso la ropa de cama son fuentes comunes de infección.
Los humanos no podemos contraer la influenza canina, pero podemos transmitirla de un perro a otro al acariciarlo y acicalarlo. Por eso es importante lavarse las manos después de acariciar a cualquier perro; no es sólo por su propia salud, sino también por la salud de sus compañeros caninos.
¿Cuáles son los signos de la influenza canina?
La gripe canina comparte muchos de los mismos síntomas que la tos de las perreras (Bordetella), como tos y sibilancias; sin embargo, la gripe canina puede ser más grave, especialmente si no se detecta a tiempo. Si nota alguno de los síntomas que se enumeran a continuación en su perro, es importante programar una cita con su veterinario local de inmediato. No solo puede ayudar a que su cachorro se sienta mejor antes, sino que también puede ayudar a prevenir la propagación de la influenza canina.
- Toser
- Estornudos
- Fiebre
- Pérdida de apetito
- Letargo
- Secreción nasal
Prevención de la influenza canina
Aunque el virus de la influenza canina es altamente contagioso, hay algunas cosas que puedes hacer para ayudar a minimizar el riesgo de infección de tu perro.
Evitar
Evite perros infectados y lugares donde se conocen brotes. En primer lugar, esto evitará que su perro quede expuesto al virus.
Lavarse las manos
Lávese las manos después de acariciar a todos los perros. Recuerde, la gripe canina puede vivir en superficies y objetos, incluidas sus manos. Acariciar es una manera fácil de transmitir el virus de un perro a otro.
Desinfectar
También es necesario limpiar y desinfectar con frecuencia los comederos, los juguetes y la ropa de cama. Esto es especialmente importante si vives en un hogar con gatos o varios perros. Una cepa de influenza canina identificada recientemente, llamada H3N2, puede transmitirse a gatos y otras mascotas.
Vacunas
Así como nos vacunamos contra la gripe todos los años, existe una vacuna contra la gripe canina (diseñada para ayudar a prevenir la cepa H3N8 del virus) disponible para perros sanos. Hable con su veterinario sobre la posibilidad de vacunar a su cachorro o perro.
Cómo tratar la gripe canina
Visita a tu veterinario
Desafortunadamente, no existe una prueba rápida para la gripe canina. Lo mejor que puedes hacer es llevar a tu perro al veterinario en cuanto notes síntomas como tos, fiebre o vómitos. Si su veterinario sospecha que su perro tiene influenza canina, lo tratará según sus síntomas. Es posible que le receten antibióticos para infecciones bacterianas secundarias (el sistema inmunológico de su perro se ve comprometido cuando lucha contra la gripe, por lo que es más probable que contraiga otra enfermedad en este momento). En casos extremos, los perros pueden requerir hospitalización o terapia intravenosa para tratar la deshidratación.
Cuidado en el hogar
El descanso es una de las cosas más importantes que necesitan nuestras mascotas a la hora de recuperarse de una enfermedad. Asegúrese de que su cachorro tenga un lugar cómodo y tranquilo para dormir. También asegúrese de que reciban suficiente agua. Aunque es posible que su perro no tenga mucho apetito, es fundamental que se mantenga hidratado. Por último, siga cuidadosamente todas las instrucciones (incluidas las relativas a los medicamentos) de su veterinario.
Seguimiento con su veterinario
Si los síntomas de su perro no mejoran después de unos días, llévelo nuevamente al veterinario. El médico de su mascota podría recetarle medicamentos adicionales para tratar sus síntomas o realizar más pruebas para detectar otras afecciones médicas, como la neumonía.